I Carrera clandestina Embalse del Atazar

Unos minutos más tarde de las 9:30 tomamos la N-320 que nos llevaba a Torrelaguna. 




Allí nos esperaba el gran Almirante Cristóbal Edu Lozano Colon para llevarnos a las mismas faldas del Berrueco, y meternos bajo ellas para emprender la senda que nos llevaría a bordear este hermoso embalse del Atazar.

        Sin dorsal. Sin chip. Sin equipación oficial. Sin clasificaciones oficiales. 



Clandestinos, llevados por el simple ansia de conocer y correr. La mañana amenazaba fría, con nubes cubriendo el sol. Pero al poco de llegar,  estas se fueron resquebrajando, el sol se fue colando entre ellas y las ramas de los arboles, para convertir la mañana en perfecta. 

Según nos aseguro Eduardo, la ruta era llana con ligeras subidas, pronto nos dimos cuenta que Eduardo se refiere a llano todo aquel camino o sendero que no te lleva a una cota de más de 2.000 metros. 

La carrera clandestina la comenzamos en el pueblo del Berrueco, junto al Museo del Agua en la Calle Real. 



Comienza bajando hacia el embalse para salir del pueblo. Allí nos desviamos a la izquierda por un camino que puedes trazar de dos maneras, siguiendo la senda Genaro o GR300, señalizada con marcas rojas y blancas, que era una pista ancha y llena de gravilla. O recortando por lo que Edu llamaba “tubería”, una senda llena de sombras, estrecha, que bordeaba los precipicios mientras cruzábamos varios acueductos y playas de el embalse (no aptos para personas con vértigo o niños traviesos) , y que hacía que nuestros corazones y piernas se acelerasen. 

Así, jalonando bajadas, subidas, caminos, sendas, mientras nuestro estupendo guía turístico Edu Lozano nos deleitaba con su verborrea sobre paisajes, recuerdos, mitos y leyendas, nos encaminábamos hacia la presa del Villar. 

Casi sin darnos cuenta, entre conversaciones, notas a pie de página, chistes buenos y malos, llegamos a la Presa del Villar, que aunque alguno de nosotros le gritábamos a Edu como hacen los niños chicos en los largos viajes a sus padres “cuando llegamos, falta mucho, cuando nos volvemos”. Lo cierto es que mereció la pena seguirle hasta un kilómetro más allá del más allá para verla. 

Tras llenar nuestros pulmones de aquel aire a la de 1, 2,3 regresamos deshaciendo lo andado y borrando nuestras huellas, ya que el compromiso es volver y nos gustaría hacerlo como si fuera la primera vez. 

Aquí ya pierdo un poco la noción, ya que hubo alguna que otra “ostia villana” y me quede al fondo de la fila. Disfrutando de la senda, a veces cálida, otras sombría, a la vez que Eduardo hacia la goma y regresaba para hablarme de historias de guerra y paz, de panes y vinos, mientras me animaba diciendo ya lo tenemos, solo nos queda esta cuestecilla y ya está. 

A lo lejos se veía a Manolo Briones, recortando el horizonte mientras nos dejaba una guía de migas de pan.

Tras 20 km. con un regreso con alguna ligera variación de camino al final, ya que salimos de la senda hacia la carretera para abordar El Berrueco desde su parte norte, llegamos al punto que fue de partida casi dos horas antes. Allí nos esperaba el resto de la expedición. Cada cual había llegado a meta siendo el primero de sí mismo.

          Sin dorsal. Sin chip. Sin equipación oficial. Sin clasificaciones oficiales. 




Clandestinos, llevados por el simple ansia de conocer y correr. Pero con avituallamiento. Tras recuperar el resuello y tomar aliento fuimos al parque de El Berrueco y expusimos todas nuestras viandas y alimentos. Saladitos, bollos, queso extremeño, isotónicas de crianza, tarta casera con la receta secreta de Ana, bombones lituanos de la mismísima Lituania y un largo etcétera que incluye el disfrutar de vuestra incondicional presencia, vuestra inconfundible conversación y un paso rápido de los minutos. Sintiendo que aunque fuese la primera vez que estábamos aquí esto ya lo hubiese vivido, no sé si en una anterior vida o es que simplemente estoy metido en un bucle…..un bucle villano.




Todo esto queda para el deleite de mi memoria.


                      “Las cosas importantes aquí 
                               Son las que están detrás de la piel 
                                            Y todo lo demás.... 
                                                            empieza donde acaban mis pies”
                                                                     Fito Cabrales   



            Sin dorsal. Sin chip. Sin equipación oficial. Sin clasificaciones oficiales.

Kedada del Atazar
Beatriz López Garrido
David Alonso Jimenez
David Gracía Serrano
Eduardo Lozano Valverde
Erika Dobrovolskaite
Fernando Úbeda Bravo
Francisco Peñuelas Sánchez
Jaime Serrano Castellanos
Jaime Serrano Alaminos
José Carlos Buendia de Dios
José Fernandez Valencia
Juan Carlos Gil Puchol
Laura Robledillo Ramos
Manuel Briones Barragán
Manuel Verdeal Portero
Margarita Alfaro de la Torre
Natividad Lahoz Arroyo
Roberto Gil Pita
Sergio Trigo Sierra






Fotos de la cámara de Edu






Las fotos del whassap


8 comentarios:

SkatoLógico Disperso dijo...

Muy buena crónica.Vaya pluma!
lo pasé genial, gracias por la organización, la súper comida! ese queso se me ha gravado en el paladar y el chocolate con bollitos en el michelín.
Muchas veces!

La Roble dijo...

A esta quedada hay que volver pero cuando haga bueno y con el bañador. Es un lugar genial para correr, andar y pasar el día. Además, dice Edu que se pueden alquilar piraguas. Creo que tenemos que volver en cuanto venga el buen tiempo. Pero con la comilona del otro día como poco. Gracias Edu por proponer esta quedada....y con puntos !!!

nati dijo...

FELICIDADES al bloguero por tu portada eres único e irrepetible.
La crónica muy bonita la quedada preciosa y la compañia no tiene precio esto es lo que significa nuestro club hasta luego.

Edu dijo...

En este caso el texto mejora la realidad.
Un kedada muy interesante,, con la tranquilidad de que te lo puedes montar a tu aire.
Y el tercer tiempo genial.

Seguiremos explorando.
Un abrazo a tod@s

Margui dijo...

José, eres un verdadero poeta.
Edu, gracias por compartir con nosotros tus conocimientos.
Ya sé que no se pueden hacer todos los fines de semana esto, también hay que hacer otras cosas pero, por favor, hay que hacer otra rápido.
No quiero correr por asfalto!!!
Me encantó y me encantan estas zonas.
Gracias a todos por vuestra compañía.

Edu dijo...

A la próxima le ponemos un poco más de desnivel. Hay que hacer una entre la Pedriza y la Maliciosa son unos 10 km subiendo y luego bajando

Pepe Jaen dijo...

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ME GUSTA.

Unknown dijo...

Enhorabuena blogger por la crónica y las entradas, están cargadas de cariño.

Gracias Edu por la quedada del domingo, estuvo muy bien, el paisaje, la compañía, el tercer tiempo... nada tiene desperdicio.

¿Para cuándo la próxima?

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